LA NUEVA HUMANIDAD - CAPITULO OCHO
Se aprecia en la forma de las donas.
En realidad, se puede decir que representa
un patrón de movimiento más que una figura estática, y así lo definió Arthur
Young:
“El
toroide es el único patrón de energía o dinámica de movimiento que puede
sostenerse a sí mismo y está hecho de la misma sustancia que su entorno, como
un remolino de agua, un tornado o un anillo de humo hecho con el cigarrillo”.
Se supone que el universo, las galaxias e incluso el electrón podrían tener forma toroidal. En el universo actuaría en forma combinada con los agujeros negros.
En el sitio in-torus.com puede leerse que “es la forma del campo electromagnético del cuerpo humano y de la tierra como lo muestran los anillos o cinturones Van Allen. Se ha transformado en una figura clave para la mayoría de las corrientes espirituales y metafísicas actuales porque es la forma en que se mueve la energía a cualquier nivel de existencia”
Hay científicos trabajando en el concepto de unir la ciencia y la consciencia a través de la figura del toroide. Nassin Haramein y Marko Rodin, por ejemplo.
El caso de Nassin Haramein es un modelo de
cómo funciona la ciencia en la 3 D. Si bien es reconocido como un físico
teórico que ha desarrollado propuestas integradores sobre el universo
unificado, Haramein no está titulado en ninguna ciencia y Wikipedia no ha
permitido que su nombre sea incluido en la enciclopedia, por falta de
relevancia.
Ya que es un gran comunicador podrán
encontrar de él mucho material en la red y en Youtube. Él ha dicho que el
toroide es como “la respiración del
universo”.
ESCORPIO
El octavo signo del zodíaco busca la
seguridad emocional. Yo deseo. Simboliza el conflicto entre la psique humana y
el instinto. Rige las profundidades más oscuras de nuestra naturaleza, por lo
tanto, amenazadoras, pero si logramos integrar las sombras podemos acceder a
altas cumbres.
El signo permite un alto grado de
concentración, transformación y regeneración.
Se representa al signo con el Escorpión. En Wikipedia se explica el origen de esta constelación en oposición a la de Orión. Los griegos tienen un mito que según una de sus versiones Orión, el cazador declaró que iba a matar a todos los animales de la Tierra. Ante esto Artemisa, la diosa de los animales salvajes y su madre Leto le enviaron un escorpión para que lo asesinara.
El arácnido persiguió a Orión hasta picarle y que muriera. Los dioses elevaron
a Orión y al escorpión a los cielos colocándolos en extremos opuestos de la
bóveda celeste, de manera que cuando la constelación de Escorpio sale por el
horizonte, la constelación de Orión se oculta huyendo del animal que causó su
muerte.
Los escorpianos están en contacto con sus
instintos; son muy perceptivos de las energías por eso es difícil ocultarles
cosas o mentirles.
Son desconfiados y muy reservados con
quienes no pertenecen a su círculo íntimo.
Están muy dispuestos a escuchar y suelen
ser muy resolutivos, sinceros y constructivos a la hora de brindar una opinión.
EL NUMERO 8
El 8, dos veces 4, nos habla de un gran
poder de organización y realización.
Su grafía nos muestra la circulación de las energías, pero con el riesgo de atascarse en el centro, el plexo solar, el lugar de las emociones.
La curva superior acerca al mundo de la
mente y el espíritu y la inferior conecta con la tierra, el plano material.
El ocho es el más indicado para poner en juego los dones y talentos recibidos, alquimizándolos para realizar transformaciones en la tierra.
Es el número del poder. Se lo asocia con el
caduceo, compuesto de partes simétricas.
La serpiente de la izquierda representa el
costado místico, del lado del corazón; la de la derecha es la reconciliación
con la razón, y la vara del centro es la reconciliación con lo alto y lo bajo,
Dios y el hombre.
Su desafío entonces es equilibrar las
energías espirituales con las materiales.
Los números pares son creadores de
realidades.
Es audaz y combativo a la manera de un 1 o un 5. Es organizado y estratega. Martine Coquatrix, numeróloga, tiene 2 consejos para el 8: “Construir es bueno, pero “construirse” es mejor”. Y “No es oro todo lo que reluce”, o sea una brillante fachada debe estar “nutrida” de oro interior. Puede representar el perfil de un financiero hábil, de un carismático político, un director de empresa, o un general algo tiránico.
Debe poner todo para el desarrollo de sus
talentos, sin miedo a lanzarse a las obras.
LA 8va. DIMENSIÓN
Una vez
que llegamos a la 7ma dimensión, sigue contándonos Matías De Stefano, y pasamos
por tantos niveles de creación, es momento de entrar en la dimensión ocho.
Es la que
trasciendo por fuera la realidad creada.
Es la que
nos permite observar todos los puntos de vista del universo: por eso a esta
dimensión se la llama tiempo-espacio.
En la 4ta
dimensión ya practicamos el tiempo
relativo. Y decimos relativo porque nos permitía trascender la estructura
tridimensional, triangular, 1, 2 y 3.
Ahora, en
el 8, 4+4, podemos posicionarnos en todos los puntos: no solo veo lo que he
creado, sino todo lo demás. Es como ver el infinito.
Estoy
viendo presente, pasado y futuro en un mismo instante, y no solo el mío, sino
el de todas las cosas que existen.
Estar en la 8 es ser una entidad que está “dentro del mismo sistema de la 8va dimensión, que no tiene cuerpo, no tiene espacio, no tiene tiempo. Lo atraviesa todo”.
Por eso la
representación es la de un toroide magnético que atraviesa todas las latitudes
y longitudes al mismo tiempo.
LA OCTAVA LEY DEL UNIVERSO
La Ley del
Apego es la última del primero de los 4 bloques que forman las leyes del
universo. A este primer bloque es lo que se llama Las leyes de la Vida.
La ley del apego nos dice que debemos desapegarnos de todo aquello que nos impide crecer.
Nuestra
evolución es constante, por lo tanto, todo el tiempo estamos invitados a dejar
cosas atrás: afectos, personas y bienes. Muchos de ellos nos retienen, hacen de
lastre para el camino evolutivo, o nos llevan al pasado.
El apego
es necesario en nuestra vida, en muchos momentos lo necesitamos para un
desarrollo pleno y eficaz. Pero como todo en la vida, que son ciclos, llega un
momento en que algunas cosas deben quedar atrás.
No es malo
el apego entonces, sino que el problema está en no poder desapegarse de aquello
que nos sirvió en algún momento y ya no.
La vida es
fluidez, es cambio constante, por lo que resistirse a ese cambio provoca sufrimiento. Claro que desapegarse, cuando no se entiende el camino, también
provoca miedo al sufrimiento.
Las cosas
en una vida bien vivida llegan y se van cuando tocan. Querer frenar esa
circulación o no entenderla provoca parálisis o sufrimiento.
Sabemos de
casos de apegos en las familias que impiden la evolución de los hijos a los que
no se deja libres en la edad que corresponde. Puede ser que se les haga
imposible luego formar una nueva familia propia.
El apego
es “amor condicional” y nuestro camino es llegar al “amor incondicional”.
En los
fallecimientos se puede apreciar los problemas que aquejan a los deudos cuando
no pueden soltar al ser fallecido; problemas psicológicos, traumas, duelos mal
resueltos.
Del mismo
modo en las separaciones vinculares, en las que muchas veces uno de ellos no
puede terminar la relación.
Del mismo
modo te quedas prisionero del pasado cuando no puedes soltar algunas
situaciones en las que sientes que has cometido errores o acciones incorrectas.
Aquí es el perdón a ti mismo lo que puede ayudarte a soltar ese recuerdo y
liberarte de esa carga.
El
desapego es un requisito clave para la iluminación enseño el Buda.
EL OCTAVO APOSTOL
Tomás fue el octavo apóstol que se unió a
la comunidad, elegido por Felipe.
Estaba casado, tenía 29 años y 4 hijos.
Vivía como pescador en esos momentos, en Tariquea,
un pequeño villorrio en el curso oeste del Jordán, sobre la salida al Mar de Galilea.
Para la posteridad quedó como “Tomás el
incrédulo”, pero para sus compañeros era más bien un escéptico, pero de gran
lealtad.
Sus padres no se habían llevado muy bien lo
que repercutió en el carácter de Tomás al punto de que su esposa se alegró de
que pasara a formar parte de los apóstoles así se mantendría alejado de la casa
durante más tiempo.
Su integración al grupo tomó tiempo, en
especial para Pedro que no podía soportarlo.
Era pesimista y desconfiado. Al entrar en
contacto con Jesús se fue transformando en su forma de ser y de apreciar a sus
semejantes. Era el encargado de preparar y dirigir los itinerarios. Su inclusión
entre los 12 fue un gran ejemplo para muchos como él, que terminaron convirtiéndose
al reino.
Tomás veneraba al Maestro por su carácter
equilibrado.
Es posible que haya sido de los 12 el que
mejor comprendía intelectualmente a Jesús.
Muchos días estaba triste y abatido, quizá
por la pérdida de su hermana gemela a los 9 años, y era consolado por Natanael
o Pedro, e incluso pedía permiso a Andrés para marcharse uno o dos días para
recuperarse.
Luego de la crucifixión le costó reponerse
y finalmente predicó en Chipre, Creta, Sicilia, la costa norafricana, hasta que
fue capturado y ejecutado en Malta. Hacía poco había empezado a escribir la
vida y las enseñanzas de Jesús.
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Para comunicarse ante cualquier duda: numkoradhi@gmail.com
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